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Te engañaría si te dijera que el proceso de organización de una boda no es angustioso, que no vas a agobiarte o que no vas a sentir un vacío rarísimo al finalizar el día B.
Siempre cuento que uno de los peores meses de mi vida fue el previo a mi boda ¡y eso que algo sobre organización sé!
La cuenta atrás se convierte en la cuesta atrás y pasan muchas cosas en muy poco tiempo. Cosas que, si no tenéis ayuda profesional, nadie te cuenta. No quiero asustarte pero si avisarte.
Normalmente nos adentramos tanto en el proceso de organización que nos olvidamos de tener tiempo para hacer cosas que nos gustan, ver a la gente a la que quieres o simplemente poner una peli en Netflix y disfrutarla.
Es muy difícil parar de pensar en la boda durante el tiempo previo pero esto a la larga puede pasar factura. Cuando la boda acabe notarás un vacío enorme, será raro no dedicar todo tu tiempo a la organización y ya serás una persona casada.
¿Quieres dedicar todo un año a gestiones de boda o prefieres disfrutar de esas partes buenas de la organización?
Para esto existe la figura de wedding planner, para que únicamente disfrutes de las partes buenas del proceso. Elegir la ropa que quieres llevar, probar el menú, visitar y disfrutar del espacio donde todo ocurrirá, decidir que va a pasar o que música sonará son algunas de esas partes buenas. Y si, también organizarás y tendrás control sobre la boda, pero con ayuda de una persona profesional que te ahorrará tiempo (e incluso dinero en algunas ocasiones), te aconsejará y estará a tu lado para asegurarse de que todo va viento en popa.
¿Te apetece que sea yo quien te ayude? ¡Escríbeme ya!
